Compartimos la nota editorial de "Leche, Cámara....Acción" la revista de CAPROLECOBA del mes de abril.
Nadie podría afrontar un juego de truco si no dispusiera de las tres
cartas “de reglamento”. Porque si tuviera dos o apenas una, de nada le serviría
siquiera el mismísimo as de espadas para jugar con posibilidades de éxito.
El tambo no es un juego, pero la sentencia vale para nosotros. Ya que
necesitamos manejar con eficiencia nuestras tres cartas: la gestión de la
producción, la gestión de la comercialización, y la gestión institucional.
Es clave tener en cuenta esto, porque es a partir de la suma de ellas, y
no de cada una aisladamente, que se define nuestro verdadero nivel de
competitividad, es decir: nuestra sustentabilidad y futuro.
En el truco, la “liga” no es pareja, pero en el tambo el valor de las
cartas con que contamos, no sale al azar después de mezclar el mazo, sino en
buena medida de la forma en que nosotros nos hemos manejado.
Como es lógico pensar, todos tenemos que mejorar nuestras tres gestiones.
Y cada uno sabrá dónde le aprieta más o menos el zapato. Lo importante es que
estemos claros en que necesitamos a las tres, para darle posibilidad de éxito a
nuestra actividad tambera.
Al leer esto unos cuantos nos preguntaremos ¿a qué se refieren con lo del
“gestión institucional”? Y la respuesta es: a la que se vincula con el
necesario ordenamiento de la cadena lechera, nuestra unidad organizativa como tamberos,
nuestro trabajo y negociaciones sectoriales con las industrias, y nuestro
diálogo con el Estado, en lo que hace a las políticas públicas que nos afectan
y las específicas para el sector.
Además, la participación junto a los colegas en las cuestiones
institucionales de la lechería, no nos demanda necesariamente una gran
dedicación. Es más calidad que cantidad de tiempo. Y consiste en estar comunicados
entre los productores de cada lugar (hoy, muy fácil con los servicios de la
telefonía móvil), vernos cada tanto, recibir y aportar ideas, y sostener
financieramente la organización con pequeños aportes. La participación es “a la
carta”, de acuerdo a lo que cada uno pueda o quiera sumar.
Es importante. Porque al truco no se puede jugar con menos de tres
cartas. Y en los tambos, tampoco.