Nuestra séptima temporada de producción finalizará el próximo 30 de junio, momento en el que el tambo cerrará temporalmente y nos prepararemos para la próxima temporada.
Una de las ventajas que otorga la estacionalidad es disponer de quince a veinte días anuales donde el tambo está parado, no hay ordeñes y todo está sin funcionamiento.
Este es el momento que nos permite frenar y preguntarnos cuáles son las cosas que vamos a necesitar una vez iniciada la parición y para las cuales no tendremos tiempo una vez iniciada la misma, tareas que, si no se resuelven, luego se convierten en urgencias. Todas las urgencias son negativas para la organización de la rutina diaria.
Esta pausa nos permite hacer obras de mantenimientos y de mejoras de la infraestructura, sin molestar ni generar interrupciones en la rutina diaria de trabajo, ni incomodar a las vacas ni a la gente que trabaja.
En el campo
* Aguadas/bebederos: el momento ideal para su mantenimiento es mayo/junio. El primer nutriente de la vaca (antes del pasto) es el agua. Por esto es fundamental que la tenga limpia y fresca a disposición. Un bebedero limpio hace que no tenga limitaciones al momento del consumo. En TamboDem los bebederos son redondos. Se procura una vez al año vaciarlos, dejarlos secar, rasquetear con pala y escoba, luego limpiarlos y desinfectarlos con cloro y se les da la última enjuagada.
Además, se corrigen los terraplenes y la nivelación y se revisan las válvulas a las que se les forma sarro, etc.
* Callejones: los socios tamberos se encargan de mantener la prolijidad de los callejones. Usando una hoja niveladora (champion) se hace el abovedado con la pendiente correcta y las cunetas. Aprendimos que las cunetas tienen que estar por fuera de la superficie ocupada por el callejón (del otro lado del alambre para minimizar la acumulación de agua en la línea de tránsito). Callejones bien mantenidos acumulan menos barro cuando llueve y tienen inferencia en la salud animal y la calidad de la leche, al conservar las ubres limpias y las patas sanas. Además, se mantienen los caminos internos de tránsito vehicular que les hace más confortable el trabajo a la gente y al paso del camión de recolección de la leche.
* Cardos: el momento ideal para el control químico es marzo/abril. En el otoño se producen la mayoría de los nacimientos en coincidencia con el periodo de baja en el cual el equipo dispone de más tiempo para controlar la maleza que trae problemas para el buen desarrollo de los cultivos.
* Peludos: otro enemigo para los silos bolsa, pasturas en implantación (comen raíces y terminan descalzando las plantas nuevas) y pasturas en producción; por las cuevas y montañas de tierra que producen y que quitan superficie productiva, generan riesgo de accidente para las vacas, las personas y la maquinaria. El momento para combatirlos es otoño e invierno, tapando las cuevas, época en la que los peludos viven todos juntos (en primavera hacen cuevas individuales). Lo ideal es no confiar en que uno va a tener un rato para combatirlos, sino organizar jornadas completas de dedicación exclusiva.
*Alambrados y cercos eléctricos: la época de otoño también es ideal para hacer las parcelas en las pasturas nuevas y reparar las que están en uso.
* Tratamiento de residuos y reciclaje: procuramos mantener el área de residuos lo más prolija posible, esto es un esfuerzo que hacemos día a día.
Se separan los plásticos, los náilones, metales, chapas, todo lo que es no orgánico y seco y se lleva al centro de reciclaje de la ciudad de Carlos Casares. Todo lo orgánico va a una compostera dentro de TamboDem.
* Purines: en nuestro sistema con tres lagunas optamos por vaciar la primera laguna de sólidos con contratista aproximadamente año por medio. El uso de los purines permite la incorporación en los suelos de fertilizante orgánico colaborando en la reposición de nutrientes. Se procura tirar el producto en un sector del campo que no está en pastoreo.
* Guachera: antes de los partos se pone a punto los corrales dentro del galpón, se asegura tener suficiente cantidad de rollos de paja de cebada para las camas y stock de sustituto. A campo, se trabaja acomodando los corrales, la distribución de agua, los alambrados y se verifica el buen funcionamiento de la pasteurizadora.
SALA DE ORDEÑE
*Cambio de pezoneras: se realiza cuatro veces al año y las gomas en general una vez al año.
* Chequeo estático y dinámico del funcionamiento de la máquina de ordeñe: se realiza dos veces al año y una de esas veces es con el tambo cerrado. Se contrata un servicio de técnicos específicos que vienen de Pehuajó a controlar el funcionamiento y realizar ajustes del equipamiento de ordeñe si fuese necesario.
* Servicio de mantenimiento del equipo de frío: se realiza anualmente.
* Servicio de mantenimiento del grupo electrógeno: anualmente se revisa el motor y se realiza cambio de aceite y filtro (se hace con el tambo cerrado).
Además, con el tambo cerrado, en cuanto al mantenimiento y mejora de infraestructura de ordeñe, nos referimos también a reparaciones de bretes (revisar fijaciones y soldaduras), racionadores y comederos (se suelen aflojar las estructuras de fijación de hierro, etc.), mampostería (estructura edilicia, chequear roturas en el piso, en el hormigón, en el corral) y revisar procesos de oxidación de materiales no galvanizados (se pasa un cepillo de acero para remover y pintar con antióxido). Esto último no se alcanza a repasar todo en un solo año, se hace por sectores.
Dentro del equipo de trabajo de TamboDem tenemos un supervisor de mantenimiento part time. Además, se tercerizan servicios de técnicos especializados y el resto del equipo está atento al mantenimiento diario.
Es importante no caer en urgencias. Si atendemos estos puntos como corresponden, podremos trabajar con comodidad, procurando buscar el bienestar de las personas y de las vacas.
Fotos: Roberto Maldonado, socio tambero
